Rosalía sorprendía en La Revuelta de Broncano con un gesto tan inesperado como entrañable: un bizcocho casero. Pero no uno cualquiera. Según la artista, se trataba de un auténtico bizcocho de 14 quilates, una joya de repostería donde, en sus propias palabras, “lo más importante es usar un buen aceite de oliva”.